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Guinea Ecuatorial desmiente la existencia de una licencia oficial para juegos en línea otorgada a Mascott Capital Partners

Malabo, 12 de agosto de 2025 – El Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial ha desmentido categóricamente la existencia y validez de una supuesta “licencia maestra” para operar juegos de azar en línea, que habría sido concedida a la empresa chipriota Mascott Capital Partners.

En días recientes, diversos medios internacionales informaron que Mascott Capital había obtenido el primer permiso oficial del país para gestionar apuestas en línea, juegos a distancia y casinos digitales, bajo el número de registro 0107-LE025-BN. Dichos reportes señalaban que la medida formaba parte de una estrategia para diversificar la economía nacional y atraer inversiones tecnológicas.

Sin embargo, mediante un comunicado fechado el 8 de agosto, el Ejecutivo nacional ha aclarado que ninguna licencia de este tipo cuenta con respaldo legal, de acuerdo con la legislación vigente.

“La Ley Nº 02/1995, de 3 de enero, y la Orden Ministerial Nº 04/2015, de 18 de mayo, no contemplan la concesión de este tipo de licencias para juegos de azar en línea”, señala el documento oficial.

Inconsistencias legales y procedimiento administrativo

El Gobierno recordó que cualquier autorización de este tipo debe ajustarse a lo dispuesto en la Ley Nº 01/2014, de 28 de julio, de Procedimiento Administrativo, y que la supuesta licencia carece de validez jurídica. Asimismo, se anunció la apertura de investigaciones para esclarecer los hechos, reafirmando el compromiso estatal con la transparencia y la defensa del interés general.

Planes y expectativas en suspenso

Hasta la publicación de este desmentido, el lanzamiento de un sector regulado de juegos en línea había sido considerado un paso estratégico para posicionar a Guinea Ecuatorial como un referente regional en iGaming, siguiendo modelos exitosos de jurisdicciones como Malta, Gibraltar y la Isla de Man.

Mascott Capital había manifestado su intención de operar conforme a estándares internacionales y de transformar al país en un destino de licencias offshore competitivo, similar a Curazao o Anjouan. Sin el reconocimiento oficial, dichos planes quedan ahora en un estado de incertidumbre.

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